Hola!

No me gusta abusar en el blog de sacar fotos de mi vida en plan Ego Blogger, pero como es época de bodas y la mayoría de vosotros iréis a alguna, os quería contar cómo ha sido la boda de Tere y Sergio, en la que he estado este fin de semana en Santander, porque nos lo hemos pasado taaaaan bien!!!

El Viernes tenía el día libre, así que por la mañana volábamos, Elisa y yo, a Santander para llegar a la hora de comer y dar una vuelta por la ciudad.
Al salir de casa tuve dos percances: 1) me di cuenta que la maleta no me cerraba, así que corriendo tuve que buscar otra y cambiar todo. 2) la puerta del garaje no se abría, estaba bloqueada. Esto me retraso bastante. Pero llegamos a tiempo de coger el vuelo, el problema fue cuando aterrizó y es que, debido a la tormenta que estaba cayendo a las 15h en Santander, el avión, de Ryanair, sobrevoló la ciudad 35 minutos pero el piloto decidió no aterrizar y llevarnos a Valladolid.

De Valladolid a Santander nos trasladaron en un autobús que tardo 3h. Y todo esto sin comer. La parte chic es que con nosotros viajaba Ángel Schlesser, que es santanderino, y estuve charlando con él y comentado lo peculiar del viaje. En estas circunstancias hay quien se lo toma con humor, como nosotras, o quien se agarra un burn cabreo y se pone de muy mala leche… como pasó con alguna pasajera.

Al final llegamos a Santander, concretamente a Astillero, el pueblo de Tere y cenamos en un bar que se llama Orconera y que si vais por allí os recomiendo, todo riquísimo. Por cierto, aprendí que Orconera o puente de los ingleses, es el cargadero de mineral de hierro que había en Astillero.

El sábado ya nos juntamos todos los invitados de la boda. Cada uno venía de un sitio: Londres, Dublín, Oporto, Barcelona, Madrid, Milán…cada uno con sus propias aventuras para llegar al enlace, pero allí estábamos todos.

La comida fue en Puente Viesgo, en el balneario, un sitio precioso. Comimos fenomenal y nos bebimos todo y más. A las 7 empezamos ya en la discoteca del Balneario y después de bares a Santander. Tere y Sergio nos había puesto un mini bus, un detallazo, así que teníamos licencia para beber lo que nos apeteciera. Y eso hicimos…. Esta foto es de Paula Campelos.

A las 5 de la mañana nos retiramos con la sensación de haber pasado un gran día con Teresa y Sergio y de traernos a Madrid un montón de nuevos amigos. Ah, he de decir que mis zapatos, que ya saqué en este blog en Diciembre, pero que aún no había estrenado, son los más cómodos del mundo y estuve toda la noche sin parar de bailar. Os dejo el look de Eli y mío. La primera fotos es antes de las copas, la segunda después…

Gracias a Teresa y Sergio por invitarnos y prepararlo todo tan bien. Me ha encantado compartir este día con vosotros. Está claro que las buenas personas se juntan.

Gracias a la familia de Tere por acogernos y estar súper pendientes. Especialmente Carmela, Alfredo y su hija, Cristina, la hermana tan cariñosa de Teresa que nos esperaba en el aeropuerto y perdió el tiempo ( cuanto lo siento) y Marta por ser tan maja y leer el blog y a su hija Anne por recordarme lo feliz que me hacía desde niña pintarme las uñas. Y a todos los amigos de Tere!!!! Alguien tan especial como ella solo podía tener unos amigos tan geniales. Manu y Paula que no pueden ser una pareja más ideal, Luis que lo dio todo, Miriam, Gabi, Marta que comenzó esa noche a coleccionar su nueva vajilla y Paula que venía de guardia y 48 h sin dormir y cuando la conocí pensé que era tímida y nooooo, cómo nos lo pasamos. Claudia, Iovanna, Lucia…

Y mi amiga Eli que no puede ser mas graciosa y que me peinó porque me quedé dormida en lugar de ir a la peluquería, y se estresó muchísimo ya que llegábamos tarde, pero aunque refunfuñando…me peinó.
Lo del día después mejor no os lo cuento, ya os podéis imaginar…. Ahora una semana para recuperarme. Sólo una advertencia, si alguna vez os ofrecen beber Jaggermeister…..decid un NO rotundo. Eso es veneno.

Estáis avisados. ¿Tenéis alguna anecdota divertida que pasará en una boda? Apuesto a que sí.
Besos y feliz lunes. Mañana ya vuelvo a la moda y la belleza.